Vacunar a los bebés es muy importante. No administrar las vacunas necesarias los pone en riesgo de sufrir enfermedades graves o incluso mortales.
La mayoría de los padres deciden vacunar a sus hijos de acuerdo con el calendario vacunal recomendado cada año, que se encuentra en constante revisión de acuerdo a las evidencias científicas actuales.
Vacunar a nuestros hijos es un acto de responsabilidad, aunque es lógico tener algunas dudas y miedos respecto a los efectos de las vacunas en los más pequeños.
Bebés y vacunas
Las vacunas han supuesto uno de los mayores avances de la medicina moderna. Desde el momento de su descubrimiento, y junto a la potabilización del agua, ha sido una de las medidas de prevención que mayores beneficios ha producido y sigue produciendo a la humanidad.
Gracias a ellas se ha conseguido que enfermedades que antes eran epidémicas y originaban gran mortalidad estén actualmente erradicadas, muchas otras casi erradicadas y muchas controladas.
Las primeras vacunas del bebé
El recién nacido recibirá la primera dosis de la vacuna de la Hepatitis B poco después de nacer. Al cumplir los 2 meses de vida recibirá de nuevo otra dosis de vacunas y continuará recibiendo las siguientes de acuerdo al Calendario de Vacunación aprobado y recomendado por la Asociación Española de Pediatría.
Este calendario se actualiza cada año con las recomendaciones sobre vacunación más adecuadas para bebés y niños que viven en España y es la guía en la que se basan los diferentes calendarios de vacunas de cada Comunidad Autónoma.
¿Qué efectos secundarios puede tener la vacuna en recién nacido?
Las vacunas son seguras y no suelen producir efectos secundarios importantes. De forma general, son bien toleradas por los recién nacidos y bebés.
Cuando aparecen, los efectos secundarios son leves, siendo los más frecuentes.
Vacuna y fiebre en bebés
Entre el 15 y el 20 % de los niños vacunados puede sufrir un aumento de su temperatura corporal. En unos casos se queda solo en una ligera febrícula, pero en otros la temperatura puede alcanzar los 39º C.
La fiebre tras la vacuna puede aparecer en diferentes momentos, según la vacuna administrada. La temperatura puede subir pasadas unas horas tras la administración o incluso puede llegar pasados unos 10-15 días.
En caso de que haya fiebre se recomienda administrar al niño algún antitérmico, normalmente paracetamol.
Irritabilidad
Es habitual, también, que los pequeños, aunque no tengan fiebre, se encuentren más irritables o molestos unas horas después de la administración de la vacuna. Nada que los mimos y atenciones de mamá y papá no puedan solucionar.
Dolor e inflamación en la zona del pinchazo
Puede aliviarse con la aplicación de frío local.
Estos son los síntomas más habituales. Solo será necesario consultar con el pediatra si la fiebre es muy elevada y no desaparece pasado unos días o si aparece alguna otra reacción no habitual.
Recuerda que tal y como dice la Organización Mundial de la Salud (OMS) las vacunas salvan vidas, son seguras, eficaces y poco costosas y son un derecho fundamental de los niños.